Para responder a esta pregunta debemos recordar que todos los seres vivos nos mantenemos en estado de salud cuando existe un equilibrio energético en nuestros sistemas, órganos y tejidos; compuestos finalmente por una delicada y compleja estructura de células que están en constante intercambio de información entre ellas. A su vez las células requieren de un medio ambiente apto para mantenerse en buen funcionamiento y en esto tiene vital importancia el equilibrio iónico en ellas y su entorno. Esto es: de cargas positivas y negativas, dando finalmente un equilibrio entre las cargas ácidas y básicas o equilibrio de pH. El cuerpo humano se mantiene en salud siempre que su pH o acidez interna se mantenga en un rango de neutralidad cercano al valor 7. Ahora bien, cuando hay una noxa actuando, llámese virus, bacteria, tóxico, hongo, trauma, etc., debido a la "mortificación" del tejido afectado, se produce una alteración de su acidez o pH y las células involucradas se ven alteradas en su función, perjudicándose su buen funcionamiento, al tiempo que se va favoreciendo la mantención o la alimentación del " problema" (bacteria, virus, hongo, parásito, etc.). Es decir, la enfermedad o alteración de una parte del cuerpo necesita que se mantenga la distorsión o desequilibrio entre cargas positivas o negativas para poder sobrevivir como problema. Si se corrige la alteración iónica, desaparece el problema. ya que se vuelve al punto de equilibrio. De esto último se encarga el biomagnetismo que gracias al efecto de su fuerza o energía de polaridad, la carga o polaridad magnética negativa es capaz de impactar a una carga similar patológica y al hacerla encontrarse con su similar inversa (la positiva), anularlas hasta hacerlas de valor cero.
fuente: http://www.biomagnetismo.cl